Proceso psicologico en pareja y familia

PROCESO DE ENCUENTRO FAMILIAR ABORDADO DESDE EL ECP


Parafraseando algunos parámetros para pensar en un proceso de encuentro familiar, abordado desde la consultaría psicológica y su enfoque centrado en la persona, decimos que trabajar con parejas: no es tarea fácil.
En su mayoría, las parejas que inician un proceso, se encuentran en su íntima relación, sin la aceptación del otro, ni la comprensión de la situación, ya que están cargadas de mitos con funciones y expectativas que viran drásticamente durante su historia de encuentros y desencuentros.      
          La aceptación no significa nada si no implica comprensión[1]. Solo cuando logro comprender al otro, se puede entrar en un mundo exploratorio de cada uno, para así iniciar un proceso desde el ECP.
La letra de la vincularidad de la pareja, permanece inmutable, generando una distorsión o desfasaje progresivo entre ésta letra de los encuentros y la realidad ineludible y natural del cambio de funciones y expectativas.
La sociedad en su mayoría define negativamente, cuando ocurre que uno de los miembros de la pareja quiere irse; es entonces que para alivianar su rol de victimario, crea la necesidad en el otro, de irse del dúo, lo que disminuye la mistificación.    
           Basta que uno mencione que no cumplía con sus expectativas el encuentro, denota el imaginario de “La Pareja”. Ésta última puede describir que las necesidades antes resueltas ahora ya no lo están más. Surge así la urgencia de cada uno para satisfacer sus propias necesidades y deseos, ajenos al de su par.
La primera observación dentro del proceso nos obliga como profesionales a subrayar la necesidad de elucidar la demanda real de o de los consultantes.  Ante este encuentro manifiesto observamos no solo una superposición única de demandas individuales dentro de la vincularidad, sino también que emana de dos consultantes y asocia dos demandas personales diferentes; Estamos frente a una integralidad de encuentros y desencuentros; Y si la evolución del proceso nos muestra la divergencia de los compañeros, debemos plantear un aspecto de la problemática propia de los procesos de pareja.
Desde el ECP observamos que la aceptación, es la base para disminuir las frustraciones provocadas por el esfuerzo de sostener un vinculo que cambio, y poder desplegar en cada uno la posibilidad de armar nuevos acuerdos manifiestos, intentando una relación que se caracterice por su autenticidad y transparencia, con una calida aceptación y valoración de la otra persona como individuo diferente. Entonces así la pareja experimentara la posibilidad promisoria de su desarrollo personal autónomo y con puntos de encuentro donde disfrutar del otro.
La pareja tiene un vinculo muy especifico, constituido por si mismo, preexistente al proceso y que, en principio tiene la intención inicial de mantenerse después del mismo. El vinculo ofrece características más particulares, primero por ser una díada, luego porque está formada por una auto selección especifica y espontánea.
En su generalidad estamos frente a vínculos que han mutado. El crecimiento individual desigual de cada uno de los integrantes de la pareja, genera un desequilibro dentro de la misma. Este desarrollo madurativo desigual acompaña con frecuencia cambios en los encuentros, con funciones nuevas imprevistas, cuya importancia subyacente no percibe a tiempo al compañero.
La pareja se reorganizara y se mantendrá gracias a la reanudación de un dialogo en ese plano. Por otra parte, el cambio de status de los cónyuges puede vivirse con mayor o menor angustia. No se vuelve a hallar la imagen primaria del compañero.
El punto principal, referente al proceso de pareja es, sin duda, la evolución de las relaciones de hombres y mujeres en su conjunto y en una íntima relación con el contexto social y cultural.
Para culminar agregamos que desde el ECP “siempre se trata de un proceso creativo la que imprime el sello del individuo en su producto, y este sintetiza la relación entre ambos[2]”.

Clr. Viviana Montaña
Lic. Clr. Vanesa Esposito
consultoriaeidos@gmail.com


[1] Carl R. Rogers. “El proceso de convertirse en persona”. Paidos. Buenos Aires. 2008. Pp 41
[2] Carl R. Rogers. “El proceso de convertirse en persona”. Paidos. Buenos Aires. 2008. Pp 303

PUBLICADO EN REVISTA NUEVA OPCION - MARZO 2013

 
 
 

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