¿SE ÉS O SE HACE
UNO RESILIENTE? Por- Clr. Vanesa E. Espósito
15 de Julio de 2013 a la(s) 20:30
Desde hace unos
años y a lo largo de mi carrera terciaria y universitaria me he encontrado con
esta palabra: “resiliencia”. Es un concepto que se tomo de la física y es la
posibilidad que tiene un cuerpo de mantener siempre su forma original más allá
de los golpes que haya recibido.
Me recuerda a
esas pelotas que sirven para calmar los nervios, que uno aplasta y aplasta
entre sus manos y siempre vuelve a tener la forma original.
Las ciencias
humanas tomaron este concepto y comenzaron a estudiar niños y niñas que a pesar
de haber atravesado situaciones terribles como el abandono, las guerras y el
holocausto, hoy se los ve fortalecidos, con proyectos, exitosos en los que se
propongan y sin rasgos de enfermedad psíquica, mental o física. Enseguida las
ciencias comenzaron a exponer trabajos e investigaciones de niños y niñas
resilientes, alegando que se debe a aptitudes personales y únicas.
Pero como esto
no es una receta, hay distintos criterios a la hora de usar esta palabra. He
leído acercamientos absolutamente contradictorios del ser o no ser resilientes.
Muchos decían que en su mayoría no sirve para el trabajo con un otro, ya que
solo es posible si la persona tiene condiciones especiales desde su nacimiento
para sobrevivir a situaciones adversas que la vida le puso en el camino. Y
otros explicaban que es un hermoso concepto para trabajar la prevención de
futuros problemas que se les puedan presentar a las personas.
A lo largo de mi
experiencia con consultantes me he dado cuenta que todos tenemos un potencial
para algo y descubrirlo y explotarlo nos hace personas resilientes.
Ante situaciones
conflictivas de la vida diaria, la diferencia en como resuelve un conflicto un
niño, una mujer u hombre joven o un anciano, en general pasa por el miedo al
cambio que se presenta ante esta nueva realidad y al como resolverlo.
Todos nosotros
en mayor o menor medida hemos estado ante situaciones nuevas que desencadenan
toda una posibilidad de acciones que muchas veces no tenemos claro para donde
dirigir nuestra vida.
El proceso
propuesto desde la consultoria psicológica, es justamente facilitar un camino
donde la persona en primer lugar se sienta cómoda con su decisión, sea
responsable de lo que elige mas allá de los costos que implique y acuerde entre
esos miedos que se les presentan y su deseo de elegir su mejor posibilidad,
usando para ello todo su potencial, convirtiéndose así en una persona
resiliente.
Es cierto que
hay quienes no necesiten un acompañamiento de otro para descubrir sus
potenciales, por que en la escuela primaria o en su propia familia se lo han
reflejado muy bien y seguramente están fortalecidos para emprender una vida
llena de desafíos.
Ahora quienes no
tuvieron esa historia tienen en cualquier momento de sus vidas la hermosa
posibilidad de crear un ambiente diferente, pintar otro cuadro de sus vidas
utilizando el conflicto y el miedo al cambio como salto a otra vida posible.
Las barreras son
mentales y siempre hay posibilidad de subirlas y atravesarlas. Empezar a dar
voz a las personas que no se animan a tomar otro camino o que ante una realidad
que te impacta puedan re crearla para convertirla en una posibilidad que la
vida te presenta, puede ser un desafío en donde se salga fortalecido.
Claro, no es
tarea fácil y las palabras son muy lindas pero para poder hacer este trabajo la
mayoría de nosotros con un bajo grado de resiliencia, tenemos miedos, nos sentimos
frustrados y no nos animamos por que el camino es doloroso.
Algunos
comenzamos a recorrer esas calles de nuestras vidas y enfrentar el dolor hasta
que se sienta en el cuerpo, en el alma y en la palabra. Esto es un gran paso
para intentar salir adelante.
Por suerte esto
no lo hace uno solo y en la intimidad de sus cuatro paredes, siempre hay
quienes están dispuestos a ayudar, sea un profesional, un amigo o un familiar.
El camino de la
liberación es interna y externa, una no puede darse sin la otra y en esto es
muy importante el contexto en el que uno se encuentra, los ámbitos donde uno se
desenvuelve pueden favorecer o no, esta posibilidad de ser mas o menos
resiliente.
Entiendo
entonces que todos somos resilientes en diferentes grados, el ser más o menos
resilientes depende siempre del contexto, de la historia personal de cada uno,
del ámbito escolar, familiar, de amistades y deportivo donde uno se ha
desarrollado. Cuanto nos dijeron que servíamos y cuanto que no. Y ojo con esto,
cuantas veces nos creímos que no servíamos y nos convencieron de eso. Ese
camino es el que hay que volver a pisar con otros zapatos y otra fortaleza en
las piernas y en el cuerpo, para animarnos y darnos cuenta, que no me pude
desplegar con todas mis fuerzas sabiendo reconocer en que ámbitos sirvo y donde
tengo un potencial a desarrollar. Hay que animarse a ir abriendo esas puertas
para saber cuales me llevaran al camino que quiero.
Clr. Vanesa E.
Espósito
Eidos Counseling
Humanista
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