PREVENCION Y SALUD COMUNITARIA


 
“La importancia de redes sociales para la prevención de catástrofes no naturales”
PREVENCIÓN Y SALUD COMUNITARIA
Autora: ESPÓSITO VANESA
LIC. EN TRABAJO SOCIAL Y CONSULTORA PSICOLÓGICA



Introducción

El siguiente trabajo describe la variedad de posturas teóricas con respecto a las experiencias de intervención de distintos profesionales en catástrofes no naturales[1] que impactan de modo sorpresivo y atacan nuestra subjetividad.  
Se plantea el siguiente objetivo general:                                                                       
·        Indagar la importancia de las redes sociales en la prevención primaria de catástrofes no naturales.
La intención es tomar de las experiencias traumáticas lo abordado desde la psicología, para luego problematizar a partir de la teoría y volver a conectarnos con la “praxis” de redes, como posible abordaje profesional.
Se dice “praxis” por que se considera que es aquella teoría surgida de la experiencia vivida, la cual legitima las prácticas.
De allí se desprenden, una vez analizadas y exploradas las metodologías utilizadas al respecto, los siguientes objetivos particulares:
·                      Acercarnos al rol del psicólogo como acompañante de un proceso de promoción que apunte a mejorar la calidad de vida de los sujetos.
·                      Proponer posibles acciones desde el ámbito psicológico, articulando con otros profesionales, a fin de convocar redes para la salud de la población.
Se abordaron varios materiales que serán citados respectivamente intentando tomar las experiencias que hubo en Argentina.
Por último concluiré con una postura personal al respecto, a partir de lo indagado y trabajado en dicha monografía.

Desarrollo

Dentro de los antecedentes del trabajo con catástrofes no naturales, se encontraron diversos axiomas teóricos y controversias al respecto.
Resulta de la indagación, que la mayoría, gira alrededor de dos grandes posibilidades de abordaje:
La postura de un paradigma endogenista versus la complejidad.
Se considera a éste un debate necesario ya que las herramientas con las que contamos en la actualidad los profesionales de la salud están a prueba y no alcanzan.
Estos recursos reflexivos para problematizar nos ayudan a crear y mejorar la calidad de vida de las personas mediante la utilización de factores protectores para toda la población, fin último de nuestra profesión.

¿De que hablamos cuando hablamos de prevención primaria?

“La prevención primaria es un concepto comunitario e implica la disminución de nuevos casos de trastornos mentales en una población, durante cierto período[2]”.
No se trata de evitar que el individuo enferme, sino de reducir el riesgo en toda la población.
No  es una acción sobre el paciente individual, sino la incidencia que puede tener sobre un grupo y toda una comunidad.
No implica descuidar al individuo, significa que se asume una mayor responsabilidad de bienestar social.

Posturas Teóricas

María Teresa Calabrese en el capítulo del libro “Psicoanálisis y Sociedad”, nos habla de la tragedia que habita en nosotros y propone “adentrarnos en el psiquismo colectivo para evaluar situaciones que dan lugar a las catástrofes no naturales, aclarando que si somos capaces de reconocer situaciones originarias (experiencias infantiles primarias) en nosotros, podemos prevenirlas[3]”.
La sociedad utiliza mecanismos de defensa primarios como la identificación proyectiva, donde  la población proyecta un comportamiento social patológico y no se hace responsable de nada.
Entonces aquello que queda fuera queda des - ligado y desmiente la señal de alarma.
Grinberg, L, en su libro “culpa y depresión” nos dice que la angustia es una reacción frente al peligro en la que el yo evidencia su deseo de sobrevivir y se prepara para la lucha o para la fuga. Afirma que… es una reacción hacia el futuro.
Freud modificó su primitiva concepción en el año 1926, en su trabajo “Inhibición, síntoma y angustia”. Esta obra constituyó, sin duda, uno de los pilares básicos de la teoría de La Psicología del Yo.
A partir de ese trabajo, la angustia se transformó en una "señal de alarma".
Por su parte, M. Klein ha señalado repetidamente que está determinada por la vivencia del peligro que amenaza al organismo, proveniente del instinto de muerte y sugiere que ésta es causa primera de ansiedad.
Contrariamente a lo dicho por Freud, ella sostiene que en el inconsciente, existe un temor a la aniquilación de la vida.
Para M. Ostow, es la típica respuesta afectiva ante el peligro. Cuando este está determinado por agentes destructivos externos, lo que surge es miedo; sugiere reservar el término para la respuesta ante los de origen intrapsíquico.
Heidegger relacionó el término con la esperanza, señalando que se nutrían una de la otra.
Sin angustia, la existencia correría el peligro de perderse en lo cotidiano o de aniquilarse en lo satisfecho; sin esperanza, en cambio, la existencia podría desmoronarse, víctima de su propio hundimiento.
“Ambas parecen ser igualmente necesarias para que la existencia humana mantenga su modo de ser esencialmente “contradictorio[4]”.
Desde el psicoanálisis las catástrofes atacan la subjetividad de manera diferente.
Nos lleva a una polémica: relación entre factores externos y su incidencia sobre el psiquismo frente al endogenismo clásico donde convive lo externo como puro desencadenante de lo endopsíquico.
Así el debate gira alrededor de dos grandes ejes:
El reposicionamiento de la teoría. La puesta en tela de juicio de los modos por los cuales fue concebida la relación del aparato psíquico y la realidad.
La reformulación de una práctica en la cual lo traumático no es pura desviación de lo determinado, sino apertura a procesos inéditos, lo cual obliga a la instrumentación de formas, llamémoslas no clásicas, de intervención. 
Los analistas están acostumbrados a trabajar en el desmantelamiento de las defensas, desarticulando los modos defensivos, pero ¿que pasa si éstas estallan espontáneamente?
O proponemos lo traumático como desencadenante de algo que ya esta preformado en el sujeto, o lo traumático es constitutivo e incluso constituyente del funcionamiento psíquico, y ante el efecto de obligatoriedad que tiene el psiquismo de elaborar aquello que le llega, de darle un destino, debe ser metabolizado.
Este planteo se opone al traumatismo que viene a romper con una evolución lineal endógenamente planteada.
Lo traumático obliga a procesos de elaboración psíquica inéditos.
El impacto de lo traumático pone en riesgo dos aspectos de la organización del yo y su función: la autopreservación[5] y autoconservación[6].
El yo es una organización defensiva, lo traumático pone en riesgo su autoconservación y autopreservación.
En tiempos de paz ambos conceptos van juntos pero ante una catástrofe se hacen evidentes y se diferencian.
Ante la autoconservación el sujeto se escinde y tiene que dejar de ser quien es para poder seguir existiendo.
Lo que define el psiquismo es su capacidad representacional de la vida y de la muerte.
Es importante ubicar el carácter de los procesos traumáticos como modos silenciosos.
¿Que hace el sujeto ante el susto que recibe del devenir traumático? Emerge la angustia. Después organizan el miedo, o sea estructura las defensas, para enfrentarse a lo temido y darle un sentido.
El terror opera diferente al susto por que en éste último se sabe a que se teme. En la tragedia aparece una cadena traumática, un proceso de desmantelamiento  que va emergiendo a posteriori.
El sujeto se repliega y los primeros momentos postraumáticos se confunden con una depresión. Se encuentra apático, desconectado, ausente; no hay depresión por que no hay conciencia de lo perdido.  
Se produce una suerte de rigidización con empobrecimiento, en este momento el psiquismo esta en riesgo.
La recuperación de la identidad es la tarea central. No pasa tanto por recuperar lo sufrido, sino por recuperara la identidad. El traumatismo no debe confundirse con acontecimiento, el sujeto debe hacer una recomposición.
El modelo clásico de la cura no funciona con el traumatismo, puede explicar y operar con el trauma.
“Hay que estructurar algún modo nuevo de enlace que permita al yo recomponer sus relaciones con el inconciente de modo menos patológico. No es cuestión de buscar en el inconciente, no alcanza, no podemos solo levantar la represión, hay que producir sentido.
Las herramientas con las que contamos están a prueba. Debemos trabajar en la restitución de la subjetividad, recomponer los enlaces que posibiliten la resolución de lo traumático, pero no solo de los pacientes sino entre nosotros mismos, con debates[7]”.
La cuestión de un sujeto solipsista que descuida su relación con la realidad es una catástrofe, padecemos donde vemos una desgarradura entre el yo y la realidad.
La visión endogenetista supone y refuerza la idea de que el sujeto vive en un mundo interno representacional. El sujeto esta abierto a su historia, está entre la repetición y la creación. No nos cerremos en determinismos fatales.
Esta idea nos lleva a las series complementarias de Freud donde la recursividad incorpora la idea de que el sujeto está en autoorganización permanente.
La teoría traumática simplista elimina la recursividad.
Trabajar en las re construcciones de los niveles y proyectos de vida, enfrenta este desafío: modificar el encuadre.  
No sólo se trata de recuperar lo existente, sino de producir lo que nunca estuvo. La tercer serie complementaria diferencia una historia lineal (pasado – presente) en una historia recursiva.
Edgar Morin propone desde el paradigma de la complejidad un sujeto que se enfrenta a un proceso reflexivo que le permite redescubrirse como sujeto complejo enfrentado a la incertidumbre.
“Es una de las tareas salir del trauma y convertirlo en acontecimiento como dice Castoriadis: proyecto de autonomía que requiere redes múltiples de vínculos[8]”.

Programas de salud comunitaria y prevención primaria

La población vulnerable y resistente se agrupa en dos rangos:
- Edad, sexo, clase social, grupo étnico.
- Fortalezas del yo, habilidad para resolver problemas, capacidad de tolerancia, ansiedad y frustración.
Luego están los factores “cromosómicos” que intervienen eugenésicamenete, modificando la estructura genética de la población (estos se encuentran en el medio de los dos grupos anteriores).
Un programa de prevención primaria debería identificar las influencias perjudiciales, las fuerzas ambientales que ayudan al individuo a resistirlas y futuras experiencias patógenas.
Los profesionales no esperan conocer la etiología de las enfermedades para aplicar un programa preventivo, buscan factores asociados a la enfermedad, en distintos niveles de prevención. Se basan en la observación personal y popular.
Se actúa sobre recursos generales de la comunidad reduciendo condiciones perjudiciales, aun cuando no se pueda tener ninguna prueba.
Hipótesis:
“Una persona necesita aportes adecuados en las diversas etapas de crecimiento y desarrollo”.
Estos son de tres grupos:
-    Físicos (alimentación, vivienda, ejercicio)
- Psicosociales (estimulación intelectual y afectiva con miembros significativos. Intercambios cara a cara con desarrollo de relaciones continuas)
-   Socioculturales (costumbres y valores de la cultura, lenguaje, valores y tradiciones).
Los tres factores están entrelazados en la realidad. El uso del modelo implica ordenar las ideas generalmente aceptadas en el desarrollo de la personalidad junto con el diseño de una lista sistemática de factores prejudiciales capaces de aumentar el trastorno mental de la población expuesta a ellos.
Esta lista de factores perjudiciales es útil en la prevención primaria por tratarse de la “población con riesgo especial”.
Pero no todos estos factores son patógenos, la patogenicidad varía según edad, sexo y otras características de los que están expuestos.
Una persona actúa dentro de ciertos esquemas coherentes, pero el equilibrio se altera cuando enfrenta fuerzas, que la modifican.
A esto lo llamamos crisis, los mecanismos no alcanzan y se condesan.
Aparece un desequilibrio que altera, generando ansiedad, miedo, culpa, vergüenza, según la naturaleza de la situación. 
Se desencadenan cuatro fases:
1.   Elevación de tensión
2.   Falta de éxito
3.   Recurrencia con técnicas de ensayo y error, y la tensión sigue aumentando
4.   Ruptura, importante desorganización, resultados graves.
Cada crisis representa una situación nueva con factores personales donde se juegan diferentes resoluciones:
  1. La situación nos enfrenta a un incidente pasado que implicó una reacción emocional. Si no funcionaron los mecanismos de resolución pasados, se repiten inadecuadamente. A veces puede estimular nuevas resoluciones.
  2. La percepción de la situación problemática depende de la experiencia, la cultura y la personalidad.
El encuentro de crisis y tragedias agravan la situación y ponen en peligro la psiquis del individuo.
Cuando la tensión llega el individuo comienza a movilizar con sus propios recursos y comienza a pedir ayuda.
Esto produce un efecto en otros que estimulan la acción de ayuda. Esta pauta de buscar y ofrecer ayuda parece tener raíces bio - sociales primitivas.
La ayuda de personas importantes parece tener un efecto notable. Además de las personas significativas del grupo primario es importante la influencia de roles formales de agentes de salud (médicos, sacerdotes, enfermeras y asistentes sociales) como así también los roles informales extra-familiares como son los ciudadanos significantes.
Éstos últimos no tienen formación y lo hacen desde la sensibilidad, son líderes comunitarios válidos pero pueden ser peligrosos por llevar a la comunidad a orientaciones equivocadas y sin quererlo es un portador de enfermedades.
Los asistentes formales e institucionales es gente expuesta a circunstancias peligrosas y ayudan a tomar decisiones con efectos a largo alcance sobre la salud mental.
Están encargados de fomentar el bienestar de los ciudadanos. Cada cultura profesional incluye la posibilidad de manejar una crisis donde se logren cumplir los objetivos profesionales planteados.
En resumen: la crisis tiene tres momentos:
  1. Desenlace que inclinan la balanza favorable o desfavorable
  2. Durante la crisis necesidad de ayuda que provoca respuestas
  3. En desequilibrio el sujeto es mas susceptible a la influencia de otros.
La acción social debe procurar mejorar el ajuste y adaptación, de la población en períodos de crisis. Esta actividad toma dos formas:
  1. Atenuación de las circunstancias peligrosas:
  2. Provisión de servicios para fomentar la superación sana de la crisis.
Los programas de acción social deben influir sobre administradores e instituciones que modifiquen la organización.
Estos programas son los de acción recíproca cara a cara entre un especialista en salud mental e individuos o grupos.

Modos de intervención

“Cuantos más intereses desplegados, mas fácil. Re significar la atención primaria, mediante redes de servicios donde se genere salud para todos[9]”.
Se toma como sujeto de derecho a la población en general, bajo el concepto de equidad: darle más al que mas necesita.
Dentro de estos criterios el más relevante es la distribución del saber – poder, ya que los profesionales de la salud como los psicólogos, tenemos el saber que le pertenece a la sociedad toda.
La propuesta es realizar una revolución copernicana donde la población sea el eje construyendo formas nuevas a partir de la participación de la gente, dejando de vernos a nosotros mismos para que los otros aparezcan con modelos de gestión participativos. ¿Como? Mirando mas las necesidades de la gente y mirar mejor los problemas de éstos.
Se propone no realizar redes en sí mismas, sino redes abiertas para dar respuesta a las necesidades de la gente. Necesitamos enredarnos en una conexión con las personas, desarticulando las pirámides y de modo multicéntrica (que se realice en varios lugares) fundar el concepto vincular. La tercera posibilidad son las redes. Los vínculos permiten de codificar nuestra subjetividad y la de los otros. Yo me reconozco en los otros. La problematizar sabemos desde donde se mira el problema subjetivamente. Lo interdisciplinario rompe con el discurso unidireccional y aparece un flujo que distribuye el poder y el saber.
¿Desde donde comenzar? El autor propone salir de la discusión si de arriba para abajo o de abajo para arriba, él dice: desde donde se puede. Hacer una pedagogía del encuentro con una imagen especular, una relación de espejo. La estrategia que nos interesa es trabajar en mesas articuladoras donde se incluyan ongs, instituciones formales e informales y referentes barriales para trabajar con el objetivo de producir cambios culturales donde se requiere la necesidad de educación para la salud, construyendo juntos una respuesta adecuada a lo que la población necesita.
Salir del trauma y convertirlo en acontecimiento. Mesas de encuentro donde aparezcan recursos reflexivos para problematizar y crear mejor calidad de vida. Grupos de reflexión con redes de sostén que incluya proyectos de vida, ya que se considera que el par contiene y empareja. El rol del psicoterapeuta es convocar, acompañar, identificar el problema, problematizar, orientar y hacer tomar conciencia. Lo fundamental es el compromiso y la paciencia, ya que estos procesos son largos y tienden a frustrarnos. La función replique es otra cuestión importante para la conformación de redes para. Las pasiones se construyen entre todos.
Aunque la intervención inmediata actúa sobre el individuo la estrategia de la operación es a nivel comunitario; El objetivo es promover la resolución sana de la crisis.



Conclusiones

Luego del recorrido teórico y la praxis surgida de la experiencia concluyo que es de suma importancia el trabajo de redes sociales comunitarias para prevenir catástrofes no naturales de manera de re construir en los diferentes niveles de vida lazos sociales que nos permitan hacer serie ya que se considera que cuantas mas relaciones tienen los sujetos, mas suman a su capacidad receptora de promover salud. Adhiero a la teoría de la complejidad, trabajando desde lo bio - psico – socio - cultural para la concientización de la población en promoción de salud comunitaria.
Hay en esto un factor importante y es el empoderamiento que genera a nivel individual las redes sociales, salir del aislamiento individual fortaleciendo al sujeto y replicando en sus redes sociales y comunitarias.
Una de las tareas del psicólogo es construir o re construir esas redes, auto convocando la articulación de todos (sociedad civil, organismos formales, referentes institucionales etc.), pero no como entes aislados, sino cohesionando y empoderando al sujeto a partir de los encuentros en mesas articuladoras que generen salud comunitaria para todos, en un entramado horizontal que salga de lo piramidal como dice Rovere.
Estas redes implican relaciones de apoyo e interacciones afectivas. En cierta medida siempre aparece un sostén cuando hay redes comunitarias, y es allí donde se aprende a tolerar las caídas, hacer valer la libertad, ser críticos, saber comunicarse y elevar la autoestima, mejorando la calidad de vida de los sujetos, objetivo primordial para la psicología.
La utilización del diálogo a partir de la pedagogía de la pregunta desarrollando una capacidad crítica que actúe transformando. La función siempre es pensar.
La propuesta es concientizar, pero no en el sentido cotidiano, sino suponiendo la transformación de estructuras mentales, hacer que la conciencia vuelva a una estructura dinámica, ágil y dialéctica que posibilite una acción modificadora sobre sí mismo y la comunidad.


Bibliografía

- Rovere, M, “Redes en salud”, Secretaría de Salud pública de Rosario, salud en el Municipio, 1997

- Moise, Cecilia, compiladora, “Psicoanálisis y Sociedad, teorías y prácticas”, Editorial Continente, Argentina – 2007

- Silvia Bleichmar Luis Hornsteis Inacio Lewkowicz,  Clinica psicoanalitica ante las catastrofes sociales. La experiencia argentina”, Editorial Paidós, Buenos Aires - 2007

- Grinberg, L: “Culpa y depresión, Estudio Psicoanalítico”, Editorial Paidós, Buenos Aires – 1976

- Caplan, G. “Principios de Psiquiatría Preventiva”, Editorial Paidós, España – 1995



[1] A diferencia de las del orden de lo natural, éstas golpean, asombran y embisten nuestra subjetividad.
[2] Caplan, G. “Principios de Psiquiatría Preventiva”, Editorial Paidós, España – 1995, pág. 54
[3] Moise, Cecilia, compiladora, “Psicoanálisis y Sociedad, teorías y prácticas”, Editorial Continente, Argentina – 2007, pág. 127
[4] Grinberg, L: “Culpa y depresión, Estudio Psicoanalítico”, Editorial Paidós, Buenos Aires – 1976, pág. 125
[5] Conservación de la vida
[6] Preservar las tendencias destructivas
[7] Silvia Bleichmar Luis Hornsteis Inacio Lewkowicz,  Clinica psicoanalitica ante las catastrofes sociales. La experiencia argentina”, Editorial Paidós, Buenos Aires - 2007
[8] Moise, Cecilia, compiladora, “Psicoanálisis y Sociedad, teorías y prácticas”, Editorial Continente, Argentina – 2007, pág. 52
[9] Rovere, M, “Redes en salud”, Secretaría de Salud pública de Rosario, salud en el Municipio, 1997, pág. 11


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